Eres valiente como un león, listo como un zorro, rápido como una liebre!
Estas expresiones las utilizamos en el día a día en cualquier conversación, pues el ser humano ha utilizado desde siempre similitudes con el reino animal y la madre naturaleza a la hora de expresar.
Me gusta hacer similitudes así como utilizar metáforas al hablar, considero que aumentan la eficacia de la comunicación y son fáciles de recordar. Este fin de semana, mientras disfrutaba de una deliciosa tertulia vino en mano, recordé con unos amigos la teoría del cazador, el pescador y el recolector, como técnica de seducción.
Conecté rápidamente llevando este tema al terreno laboral, pues en el día a día nos relacionamos con clientes que, según los resultados que esperan obtener al aplicar una acción y un plazo de tiempo estimado, se podrían considerar también como clientes cazadores, pescadores y recolectores.
El cliente cazador: es el tipo de cliente que llega a ti aparentemente con las cosas muy claras y los objetivos marcados en su mente. Este tipo de cliente se focaliza solamente en lograr un objetivo, sea como sea, aunque tenga que arrasar con cualquier obstáculo que se le presente en el camino. Quiere resultados a corto plazo y se caracteriza por ser una persona de acción. En la técnica de seducción sería aquel que prepara la munición y dispara a todo lo que se mueva un sábado por la noche. A nivel de marketing es como no tener en cuenta la importancia de segmentar el mercado a la hora de plantear la estrategia de comunicación y venta.
El cliente pescador: es el tipo de cliente que entiende y practica el arte de la paciencia. Va marcando los objetivos tal y como va avanzando. Calibra resultados y se focaliza en ir aflojando o tensando los hilos mientras va recorriendo el camino. Espera a tener resultados a medio largo plazo y se caracteriza por ser una persona racional y de análisis. En la técnica de seducción serían, los que saben qué tipo de cebo utilizar según las circunstancias y esperar a que su presa pique. Estas personas conocen el arte de la pesca, son observadoras y por lo tanto saben detectar dónde hay que ir a pescar. Toda estrategia de marketing requiere de hilar una buena red con un plan de acción a seguir, en un plazo de tiempo considerable, que permita atar nuevos hilos si es necesario en base a observar al mercado. Un buen plan, do, check, act.
El cliente recolector: es el tipo de cliente que te dice, si me decido por ti, vamos a recorrer juntos este camino por muchos años. El recolector le gusta sembrar, regar y abonar la tierra para recoger la mejor cosecha. Está seguro de que todo va a ir bien, porque dedica tiempo y esfuerzo en echar raíces consistentes para crecer “fuerte como un roble”. En cuanto a seducción, sería esa persona que siempre ha estado ahí como mejor amigo y con el tiempo se convierte en compañero de vida, tu cómplice. Una estrategia de marketing que se va adaptando con el tiempo para ir creciendo a paso firme, se convierte en toda una filosofía de vida. Un buen plan, do check, act que se reinventa y evoluciona hasta el infinito y más allá.
Hoy en día vivimos en la sociedad del “lo quiero todo, y lo quiero ya”, sobre todo por la parte de consumidores que a todos nos toca. No obstante siempre habrá amantes de la pesca y personas que saben diferenciar y saborear un buen tomate, sembrado y recolectado con amor. Es muy gratificante poder trabajar con clientes así.
¿Y a ti, qué tipo de cliente te ha resonado más?