Vamos a presentar ahora nuestro mejor amigo a la hora de controlar si estamos en el camino correcto: Google Analytics.
Google Analytics es un crack.
A lo mejor prefieres hablar de lean o mejora continua, pero nos va a llevar al mismo sitio: medir para mejorar.
Gracias a las funciones de la analítica web, puedes obtener una información muy valiosa: tráfico, origen, acceso móviles, desde donde te visitan, qué canal convierte más o qué páginas no se visitan. Con esa información, puedes ajustar los fallos y adecuar cada vez más tu sitio web a las necesidades de los usuarios.
En esta herramienta tienes la posibilidad de medir los resultados en tiempo real, descubrir cuáles son las páginas más visitadas, cuánto tiempo se suele transcurrir en cada una de esas y desde qué plataforma han tenido acceso a la página (búsqueda orgánica, publicidad, redes sociales, posts…).
Más allá de los resultados que obtiene tu web, la analítica saca información sobre los usuarios que acceden: edad, género, dispositivo, idioma, procedencia, keyword utilizadas en las búsquedas.
Una vez obtenida la información, hay que darle uso; por ejemplo, mejorar las páginas más visitadas pero que peor convierten, dar visibilidad a las que apenas tienen visitas, etc.
Y una última cosa…
Hay vida más allá de Google Analytics.
Nosotros, por ejemplo, usamos herramientas que nos permiten grabar la navegación de los usuarios (cómo se mueven por la página, dónde hacen clic…) tanto con el ratón en el navegador de un ordenador, como con el dedo en el móvil.
El análisis de esas grabaciones nos permite una continua mejora de la conversión de las web de nuestros cliente, resolviendo problemas y optimizando la experiencia de sus clientes.
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